Collar ajustable elaborado con cilindros y cuentas de Amatista, Morganita, Citrino, Aguamarina, Perla Durazno y Perla Negra. La base de la pieza esta confeccionada con piel, mientras que el entramado se ha hilado cuidadosamente con resistente nailon de triple hebra. Gracias a su nudo corredizo, el collar ofrece un rango de ajuste que va desde los 36 hasta los 66 cm, permitiendo adaptarse a multiples estilos y preferencias de uso.
PROPIEDADES METAFÍSICAS
💜 Amatista: Claridad Mental, Protección, Espiritualidad, Transmutación, Serenidad / Chakras: Tercer Ojo (6.º), Corona (7.º) / Elementos: Aire, Agua
La Amatista, con su color violeta que va desde el lila suave hasta el púrpura profundo, es una variedad de cuarzo cuyo nombre deriva del griego "amethystos" que significa "no ebrio", reflejando la antigua creencia de que protegía contra la embriaguez y mantenía la mente clara. Según la mitología griega, la doncella Amethystos fue transformada en cristal transparente por Artemisa para protegerla del dios del vino Dioniso, quien arrepentido derramó vino sobre la piedra tiñéndola de púrpura y otorgándole el poder de preservar la sobriedad del espíritu. Desde el antiguo Egipto donde adornaba sellos faraónicos hasta los anillos episcopales medievales que simbolizaban la renuncia a los placeres terrenales, la Amatista ha sido venerada como guardiana de la claridad mental y puente hacia la sabiduría superior. Profundamente conectada con el Chakra del Tercer Ojo, la Amatista activa la visión interior y despierta facultades intuitivas dormidas, permitiendo percibir con claridad las verdades ocultas tras el velo de las apariencias y facilitando el acceso a planos sutiles de conciencia. Su resonancia con el Chakra Corona establece un canal directo con la espiritualidad elevada, abriendo las puertas a estados de conciencia expandida donde el alma se reconecta con su propósito divino y experimenta la paz de la unidad cósmica. Como manifestación del elemento Aire, aporta claridad mental cristalina y eleva los pensamientos por encima de las preocupaciones mundanas, mientras su conexión con el elemento Agua suaviza las emociones turbulentas y disuelve los miedos que nublan el juicio. Durante la meditación, sostener una Amatista sobre el entrecejo o simplemente tenerla cerca induce un estado de serenidad profunda donde los pensamientos se aquietan como las aguas de un lago al amanecer, permitiendo que emerja la voz de la sabiduría interior. Como escudo protector de vibración elevada, crea un campo de luz violeta alrededor del aura que transmuta las energías densas en frecuencias superiores, siendo especialmente valorada para proteger durante el sueño al colocarse bajo la almohada donde ahuyenta pesadillas y facilita sueños reveladores. En prácticas de sanación holística se emplea para calmar la ansiedad, fortalecer la voluntad ante las adicciones y equilibrar el sistema nervioso, actuando como bálsamo energético que restaura la paz en momentos de crisis emocional. La Amatista nos enseña que, como proclamó Leonardo da Vinci al escribir que "disipa los malos pensamientos y agudiza la inteligencia", la verdadera sobriedad no es solo física sino espiritual, recordándonos que cuando mantenemos la mente clara y el corazón sereno, podemos navegar las tormentas de la vida con la gracia de quien ha encontrado su centro inquebrantable en medio del caos.
💗 Morganita: Amor Divino, Compasión, Equilibrio Emocional, Ternura, Perdón / Chakras: Corazón (4.º), Corazón Superior/Timo / Elementos: Agua, Aire
La Morganita, con su delicado rosa pastel que fluye desde tonos pálidos hasta melocotón cálido, es la variedad rosada del berilo que debe su color a trazas de manganeso incorporadas durante su lento nacimiento en las pegmatitas graníticas. Bautizada en 1910 por el gemólogo George Kunz en honor al banquero coleccionista J.P. Morgan durante una reunión en la Academia de Ciencias de Nueva York, esta gema relativamente moderna en el registro mineralógico ha tejido rápidamente su propia mitología como la "Piedra del Amor Divino" que canaliza la compasión incondicional del universo. Profundamente conectada con el Chakra del Corazón, la Morganita actúa como bálsamo cristalino que disuelve las corazas emocionales construidas por heridas antiguas, permitiendo que el amor fluya nuevamente como agua clara. Su resonancia con el Chakra del Corazón Superior o Timo eleva esta energía amorosa hacia planos de compasión universal, donde el amor personal se transforma en abrazo cósmico que incluye a toda la creación. Como manifestación del elemento Agua, facilita el flujo emocional y la liberación de lágrimas sanadoras largo tiempo contenidas, mientras su conexión con el elemento Aire aporta la ligereza necesaria para soltar el pasado y respirar con renovada esperanza. Durante la meditación, sostener una Morganita sobre el pecho induce estados de apertura del corazón donde emergen memorias para ser perdonadas y transmutadas, actuando como testigo compasivo que nos recuerda nuestra capacidad innata de amar incluso después del dolor más profundo. Como escudo protector de vibración suave pero constante, envuelve al portador en una esfera de energía rosa que no repele sino que transmuta la negatividad en comprensión, especialmente valiosa para quienes han cerrado su corazón por miedo a volver a ser heridos. En prácticas de sanación emocional se emplea para superar duelos amorosos, liberar resentimientos arraigados y despertar la alegría de vivir que yace dormida bajo capas de desilusión, recordando que el amor no es algo que se pierde sino una fuente inagotable que brota desde nuestro interior. La Morganita nos enseña que, como su color que varía del rosa pálido al melocotón intenso sin perder su esencia amorosa, podemos atravesar todas las tonalidades de la experiencia emocional manteniendo abierto el corazón, descubriendo que la verdadera fortaleza no está en construir muros sino en la valentía de permanecer vulnerables y receptivos al amor en todas sus formas.
🌞 Citrino: Abundancia, Alegría, Manifestación, Claridad Mental, Prosperidad / Chakras: Plexo Solar (3.º), Sacro (2.º) / Elementos: Fuego, Aire
El Citrino, con su resplandor dorado que captura la esencia misma del sol del mediodía en un cristal de cuarzo teñido por trazas de hierro oxidado, deriva su nombre del latín "citrus" y el francés "citron" en alusión al color del limón maduro que caracteriza sus ejemplares más puros. Venerado desde la antigua Roma donde los comerciantes lo portaban como amuleto para atraer ventas prósperas y los guerreros lo escondían en sus vestimentas creyendo que los volvía inmunes al veneno de serpiente, este cuarzo dorado fue redescubierto en su esplendor durante el siglo XVIII en las vastas minas de Minas Gerais, Brasil, donde aún hoy se extraen los ejemplares más codiciados junto a los yacimientos de Madagascar y Zambia. Conocido como la "Piedra del Comerciante" por su legendaria capacidad de atraer riqueza y oportunidades, el Citrino ha tejido su mitología como el único cristal que no acumula energía negativa sino que la transmuta constantemente en luz dorada, manteniendo su vibración perpetuamente elevada sin necesidad de limpieza frecuente. Profundamente conectado con el Chakra del Plexo Solar, el Citrino actúa como un sol interno que enciende la voluntad personal y la confianza, disolviendo miedos paralizantes mientras infunde esa determinación inquebrantable de quien sabe que puede manifestar sus sueños en realidad tangible. Su resonancia con el Chakra Sacro despierta la creatividad dormida y la alegría espontánea, liberando bloqueos que impiden el flujo natural de la abundancia en todas sus formas. Como manifestación del elemento Fuego, porta la chispa transformadora que convierte intenciones en acciones concretas, mientras su conexión con el elemento Aire aporta la claridad mental necesaria para tomar decisiones acertadas y comunicar ideas con brillantez solar. Durante la meditación, sostener un Citrino sobre el plexo solar induce un estado de empoderamiento sereno donde emergen soluciones creativas y se fortalece la conexión con el poder personal ilimitado. Como escudo protector único, su vibración dorada crea un campo áurico que no solo repele la negatividad sino que la transforma en optimismo contagioso, siendo especialmente valorado por terapeutas y sanadores que lo utilizan para mantener sus espacios energéticamente limpios. En prácticas de sanación holística se emplea para activar el metabolismo, mejorar la digestión y revitalizar el sistema cuando la fatiga crónica nubla el entusiasmo natural, actuando como catalizador que despierta la vitalidad solar inherente en cada célula. El Citrino nos enseña que, como el sol que cada mañana renace sin guardar rencor por la noche anterior, nosotros también podemos elegir irradiar luz propia independientemente de las sombras externas, recordándonos que la verdadera abundancia no es solo material sino la capacidad de mantener encendida la llama de la alegría y compartir generosamente nuestro brillo con un mundo que necesita más portadores de luz solar cristalizada.
🌊 Aguamarina: Comunicación, Serenidad, Claridad, Protección, Fluidez / Chakras: Garganta (5.º), Tercer Ojo (6.º) / Elementos: Agua, Aire
La Aguamarina, con su transparencia azul verdosa que captura la esencia misma del mar en calma donde el cielo se funde con las aguas cristalinas, es una variedad del berilo cuyo nombre deriva del latín "aqua marina" que significa "agua de mar", bautizada así por los romanos hace más de dos milenios al contemplar en ella el reflejo perfecto del océano sereno. Los antiguos griegos la consideraban nacida de los cofres de las sirenas y consagrada a Poseidón, mientras que los marineros romanos la portaban como talismán inquebrantable contra las tempestades, convencidos de que esta gema que se volvía casi invisible al sumergirse en agua poseía el poder de calmar la ira de Neptuno y asegurar travesías seguras. Profundamente conectada con el Chakra de la Garganta, la Aguamarina disuelve los nudos del miedo que atan las palabras no dichas, liberando la expresión auténtica del ser con la misma naturalidad con que el agua fluye por su cauce, permitiendo que la verdad interior emerja clara y serena. Su resonancia con el Tercer Ojo amplifica la claridad mental y agudiza la intuición, creando un puente cristalino entre lo que se siente y lo que se comunica, facilitando esa rara habilidad de expresar las profundidades del alma con palabras precisas y compasivas. Como manifestación del elemento Agua, encarna la fluidez emocional y la capacidad de adaptación que caracteriza a los mares tranquilos, mientras su conexión secundaria con el elemento Aire aporta la claridad mental necesaria para articular pensamientos con la transparencia del cristal. Durante la meditación, sostenerla sobre la garganta o el entrecejo induce un estado de calma oceánica donde los pensamientos turbulentos se aquietan como olas que encuentran la orilla, revelando en el silencio las verdades sumergidas en las profundidades del ser. Como escudo protector ancestral, la Aguamarina crea una burbuja energética que no solo repele las energías discordantes sino que las transmuta en serenidad, siendo especialmente valorada como guardiana de viajeros tanto en travesías físicas como en los viajes internos del alma que busca su verdad. En prácticas de sanación holística se emplea para liberar bloqueos en la comunicación, calmar ansiedades que nacen del miedo a expresarse y fortalecer la garganta en todos sus aspectos, actuando como bálsamo refrescante que alivia las tensiones acumuladas por palabras reprimidas. La Aguamarina nos enseña que, como el agua que encuentra su camino entre las rocas más duras con paciencia y persistencia, la verdadera comunicación no necesita fuerza sino claridad, recordándonos que cuando hablamos desde la serenidad del corazón en calma, nuestras palabras fluyen con el poder sanador del agua cristalina que todo lo purifica en su paso.
🦪 Perla: Serenidad, Pureza, Sabiduría Emocional, Protección Lunar, Equilibrio Interior / Chakras: Corazón (4.º), Corona (7.º) / Elementos: Agua, Luna
La Perla, con su lustre sedoso que parece capturar la luz de la luna llena en una gota solidificada del océano, es la única gema que emerge perfecta de su creadora sin necesidad de talla humana, formándose capa a capa cuando un molusco transforma la irritación en belleza nacarada. Venerada durante más de 7,000 años desde que pueblos costeros las descubrieron al abrir ostras en busca de alimento, las perlas fueron consideradas "lágrimas de los dioses" por griegos y romanos, mientras que en textos védicos se decía que nacieron cuando el agua terrestre fue fecundada por un rayo divino. Los griegos las llamaban "margarites" asociándolas con Afrodita, diosa nacida de la espuma del mar, y desde entonces han simbolizado la pureza nacida de las profundidades. Conectada con el Chakra del Corazón, la Perla actúa como bálsamo emocional que disuelve heridas afectivas antiguas y restaura la capacidad de amar con inocencia renovada, calmando la angustia y fomentando el perdón hacia uno mismo y otros. Su influencia sobre el Chakra Corona facilita la conexión con la sabiduría divina y la paz mental profunda, permitiendo que la conciencia fluya hacia estados superiores de comprensión espiritual sin perder el anclaje emocional. Como manifestación del elemento Agua y regida por la Luna, la Perla combina la profundidad emocional oceánica con los ciclos de renovación lunar, ayudando a navegar las mareas internas del sentimiento con gracia y aceptación. Durante la meditación, sostener una perla sobre el corazón o la frente induce un estado de calma profunda comparable a flotar en aguas tranquilas bajo la luz lunar, donde las emociones turbulentas se aquietan y emerge la claridad interior. Como escudo protector de vibración suave pero constante, absorbe las energías densas del entorno transmutándolas en serenidad, siendo especialmente valorada para proteger de influencias emocionales negativas y el desgaste energético en ambientes cargados. En prácticas de sanación holística se emplea para equilibrar el sistema nervioso, aliviar la ansiedad y fortalecer la conexión con los ciclos naturales femeninos, mientras que el polvo de perla se ha usado tradicionalmente en medicina china para calmar el espíritu y promover la longevidad. La Perla nos enseña que, como el molusco que transforma un grano de arena en tesoro luminoso, podemos convertir nuestras irritaciones y dolores en sabiduría compasiva, recordándonos que la verdadera belleza nace de la paciencia con que envolvemos nuestras heridas en capas de amor hasta que brillan con luz propia.
⚫ Perla Negra: Protección Marina, Equilibrio Emocional, Sabiduría Lunar, Transformación, Misterio / Chakras: Sacro (2.º), Raíz (1.º), Corazón (4.º) / Elementos: Agua, Tierra
La Perla Negra, con su superficie lustrosa que captura destellos iridiscentes de verde esmeralda y azul profundo, es una gema orgánica nacida del abrazo protector de la ostra Pinctada Margaritifera en las cálidas lagunas del Pacífico Sur. Conocida en la Polinesia como Te Ufi y venerada como "las primeras gotas de luz" que el dios Oro entregó a la humanidad, esta joya marina ha tejido su leyenda desde que los navegantes europeos del siglo XVIII quedaron cautivados por su belleza misteriosa en las aguas de Tahití. Su formación, un acto de alquimia natural donde capas de nácar envuelven pacientemente una irritación durante años, simboliza la capacidad de transformar el dolor en belleza luminosa. Profundamente conectada con el Chakra Sacro, la Perla Negra actúa como reguladora de las mareas emocionales internas, calmando las aguas turbulentas del alma y permitiendo que las emociones fluyan con la gracia rítmica de las olas. Su resonancia con el Chakra Raíz establece un anclaje seguro en medio de las tormentas vitales, mientras que su influencia sobre el Chakra Corazón abre espacios de compasión profunda nacida de la comprensión de que toda belleza surge de la superación. Como manifestación del elemento Agua, porta la sabiduría fluida del océano y la receptividad lunar que la gobierna, mientras su conexión con el elemento Tierra le otorga esa cualidad protectora de refugio submarino donde la vida se gesta en silencio. Durante la meditación, sostenerla invita a sumergirse en las profundidades del inconsciente donde yacen perlas de sabiduría esperando ser descubiertas, facilitando el acceso a memorias emocionales que necesitan ser transmutadas con amor. Como escudo protector de vibración absorbente, la Perla Negra actúa como guardiana nocturna que envuelve a su portador en un manto de invisibilidad energética, transmutando influencias negativas antes de que toquen el aura. En prácticas de sanación holística se emplea para estabilizar los ciclos emocionales, fortalecer la intuición y recordar que, como la ostra que crea belleza de la adversidad, poseemos la capacidad innata de transformar nuestras heridas en tesoros. La Perla Negra nos enseña que en las profundidades oscuras del océano interior nacen las gemas más preciosas, recordándonos que cuando abrazamos tanto la luz como la sombra de nuestra naturaleza emocional, emergemos completos como una luna llena reflejada en aguas tranquilas, portando en nosotros el misterio eterno del mar que nos dio vida.
Nuestros productos están elaborados con la más alta calidad y acabado, sin embargo su duración y mantenimiento depende del uso y cuidado que les proporciones. A continuación te compartimos algunas recomendaciones de uso y cuidado:
- No utilizarlos mientras te bañas y evita el contacto con todo tipo de químicos. (Ejemplo: perfume, loción, blanqueadores, hairspray, maquillaje, jabón, etc.)
- No introducirlos a la alberca, mar, spa o vapor.
- Evita la humedad, calor o exposición al sol.
- Límpialos con un paño suave y cuando no los uses, guárdalos en un lugar fresco y seco.
- Las piedras que utilizamos son naturales, por lo que su color, tamaño y/o forma, pueden variar.