Pulsera de Sodalita 🔵👁️💡 (4 mm) Claridad, Comunicación e Intuición

Pulsera elástica hecha con cuentas lisas de 4 mm.

Propiedades Metafísicas

🔵 Sodalita: Claridad Mental, Comunicación, Intuición, Equilibrio, Verdad / Chakras: Garganta (5.º), Tercer Ojo (6.º) / Elementos: Aire, Agua

La Sodalita, con su profundo azul atravesado por vetas blancas de calcita, fue descubierta científicamente en 1811 en Groenlandia, aunque evidencias arqueológicas revelan que la cultura Caral en Perú ya comerciaba con ella hacia el 2600 a.C. Su momento de gloria llegó en 1891 cuando la realeza británica quedó tan fascinada con su belleza que ordenó importar toneladas desde Canadá para decorar el Palacio de Marlborough House, bautizándola como la "Piedra Princesa Azul". Conocida en círculos esotéricos como la "Piedra de la Lógica" y la "Piedra de la Verdad", esta tectosilicato de sodio establece puentes invisibles entre la mente racional y la intuición profunda. Conectada íntimamente con el Chakra de la Garganta, la Sodalita disuelve los nudos energéticos que bloquean la expresión auténtica, permitiendo que las palabras fluyan con la claridad de un manantial cristalino desde el corazón hacia el mundo. Su resonancia con el Tercer Ojo abre las puertas de la percepción interior, activando esa visión sutil que distingue la verdad de la ilusión y despierta la sabiduría dormida en las profundidades del ser. Como manifestación del elemento Aire, porta la ligereza del pensamiento claro y la comunicación fluida, mientras su conexión con el elemento Agua aporta la serenidad emocional de un lago en calma, creando el equilibrio perfecto entre intelecto e intuición. Durante la meditación, sostenerla induce un estado de quietud mental donde los pensamientos agitados se aquietan como olas que encuentran su ritmo natural, revelando en ese silencio las respuestas que siempre estuvieron dentro. Como escudo protector de vibración constante, crea un campo áurico que transmuta la confusión en claridad y el miedo en confianza serena. La Sodalita nos enseña que la verdadera sabiduría no reside en acumular conocimientos sino en la capacidad de discernir con el corazón y expresar con autenticidad, recordándonos que cuando unimos la lógica de la mente con la intuición del alma, nos convertimos en canales puros de verdad capaces de comunicar desde ese espacio sagrado donde el pensamiento y el sentimiento danzan en perfecta armonía.