Pulsera de Selenita 🌙🤍🌠 (8 mm) Purificación, Elevación y Conexión

Pulsera elástica hecha con cuentas lisas de 8 mm. No es recomendable mojar ya que la Selenita reacciona al agua. 

Propiedades Metafísicas

🌙 Selenita: Claridad Lunar, Purificación, Elevación Espiritual, Paz Interior, Conexión Divina / Chakras: Corona (7.º), Tercer Ojo (6.º), Garganta (5.º) / Elementos: Agua, Aire, Éter

La Selenita, con su brillo perlado translúcido que captura la esencia misma de la luz lunar petrificada en cristal, es una variedad del yeso cuyo nombre deriva del griego "selḗnē" (luna), bautizada así por los antiguos que veían en ella fragmentos del resplandor nocturno solidificado. Conocida por los romanos como "lapis specularis" o piedra espejo, este sulfato de calcio hidratado se empleaba como ventanas en las villas imperiales donde su translucidez permitía el paso de una luz etérea que bañaba los espacios con claridad celestial. Formada en antiguos lagos salados donde las aguas evaporándose lentamente cristalizaron el yeso en capas puras, la selenita emerge de la tierra como testimonio de que la paciencia geológica puede crear portales de luz. Profundamente conectada con el Chakra Corona, actúa como antena cósmica que abre los canales de comunicación con planos superiores, disolviendo los velos que separan la conciencia ordinaria de la percepción expandida. Su influencia sobre el Tercer Ojo agudiza la visión interior y despierta la clarividencia dormida, mientras que al activar el Chakra de la Garganta libera la expresión de verdades espirituales con claridad cristalina. Como puente entre los elementos Agua, Aire y Éter, la selenita combina la intuición lunar del agua con la claridad mental del aire, elevándose hacia el éter donde reside la conciencia pura más allá de lo físico. Durante la meditación, sostener selenita induce estados de paz profunda donde la mente se aquieta como un lago bajo la luna llena, permitiendo que emerjan visiones y mensajes de guías espirituales. Como cristal autopurificante de vibración constante, no solo mantiene su propia energía impecable sino que limpia y recarga otras piedras colocadas sobre ella, actuando como estación de purificación del reino mineral. Su extrema suavidad física, rayable con la uña y soluble en agua, nos recuerda que las herramientas espirituales más poderosas requieren cuidado delicado y respeto consciente. La Selenita nos enseña que, como la luna que ilumina la noche sin esfuerzo aparente, la verdadera elevación espiritual fluye naturalmente cuando permitimos que nuestra luz interior brille sin obstáculos, recordándonos que la claridad más pura emerge cuando disolvemos las densidades que nublan nuestra conexión con lo divino.